Los mundos de la Poetisa

A partir de ahora sólo escribiré de la Poetisa, de lo contenta o pensativa que está en este momento de su vida, aunque a veces mire hacia atrás y vea el paisaje desolador que la llevó a emigrar a su nuevo mundo de olmos y lágrimas de azúcar.
Mientras la cosa esté en 'pause' la Poetisa permanecerá ahí, lejos de todo lo triste y confuso, echando a veces de menos quizá a ese Poeta que una vez le dijo tantas cosas bonitas, pero sin mirar atrás.
A la Poetisa le gustaba su antiguo mundo y era feliz en él hasta que la escasez de lluvia y luz provocó que muriera su flora y su fauna; y la Poetisa no podía vivir allí, porque los paisajes tristes sólo inspiran poemas tristes, y ella, siendo como es de naturaleza alegre, quiso irse para no contagiarse del ambiente de penumbra.
Si el paisaje desolador mejora, si nace hierba y flora nueva, si el sol se digna a dar luz allí también, si el río vuelve a fluir, entonces, sólo entonces, la Poetisa mirará hacia atrás, y quizá, si le gusta lo que ve, vuelva a su país de origen dispuesta a quedarse, para recuperar su vida de antes de marcharse. Y lo hará con un abrazo y un beso y una lágrima; dulce, claro.