Recuerdo que cuando era pequeña solía pensar en dos cosas que me haría muchísima ilusión hacer en la vida: 1. Tocar cada rincón de la tierra con mi mano derecha. 2. Descubrir una tumba egipcia.
Pensaba que si ponía la palma de mi mano en cada trocito de tierra (y cuando digo trocito de tierra me refiero a tocar cada milímetro del suelo de cada país) un día podría mirarme la mano y pensar "En algún momento ésta mano ha tocado un lugar de la tierra, lejos de aquí". Es una tontería, a la par que imposible... pero así pensaba yo las cosas.
Y lo segundo... ¿qué puede haber más emocionante que entrar por primera vez en una tumba de una pirámide donde NADIE ha entrado en miles de años? Ser la primera en ver la disposición de la sala y el sarcófago, sabiendo que la última persona en verlo fue un egipcio; y saber que la momia ha estado ahí durante todo ese tiempo, en silencio, quieta, ajena a nosotros de igual modo que nosotros ignorábamos su existencia...
Qué paranoica era de pequeña.. ^^u.
18 enero 2007
Una tontería intrascendente
Confesado por Eámanë a las 5:01 p. m.
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