Distance

El concepto Distancia siempre ha estado presente a lo largo de mi vida por distintos motivos, así que es algo sobre lo que he meditado mucho siempre.
La distancia puede ser una bendición o una maldición según a lente a través de la cual se visualice la cosa.
Puedo afirmar que la adoro tanto como la detesto.
La distancia es bonita cuando te separa de las cosas terribles; y es terrible cuando te separa de cosas bonitas. En muchos casos en general nos separa de cosas horrendas, como por ejemplo de las guerras de otros países que aquí no hay, del hambre y miseria que en otros sitios hay y aquí no, de enfermedades, muertes, y un largo etcétera. Y desde pequeña he sido consciente de la suerte que he tenido de nacer donde he nacido, y desde niña he sentido pena por la gente que no corrió mi misma suerte.
En mi caso en particular, también me separa de cosas bonitas. Me separa de grandes amigos, de ciudades por las que siento curiosidad, y otro largo etcétera.
Sobre todo, la distancia es agradable si te separa de cosas feas.
Quizá por eso vuelco mi ilusión y gran parte de mi tiempo en ese viaje a Palencia que llevo meses planeando, porque a lo mejor he encontrado en ese vaje una promesa de cambio que hace tiempo que espero. Desde fuera las cosas se ven de otra forma, los problemas se desinflan y pierden peso, porque cambias de aires y no te los llevas en el equipaje contigo, sino que los dejas en tu casa, en tu trabajo, en tu ambiente a fin de cuentas. Y te das un respiro a ti mismo, como un descanso temporal útil.
Y yo necesito ese descanso.
Quiero irme y olvidar que hace 3 meses que no me habla mi padre, quiero dejar de pelearme con mi hermana, quiero echar de menos a mi madre cuando esté en Palencia, quiero que vuelvan las ganas de salir los fines de semana en vez de quedarme en mi casa como hago casi siempre.
Y claro, todo es mucho más fácil si, además de irte, te vas a un sitio donde te espera alguien a quien aprecias y a quien no tienes muchas oportunidades de ver, por lo que el viaje en sí cobra cinco veces su valor inicial.

Hay mucha gente que no entiende el esfuerzo que estoy haciendo para poder volar cinco o seis días de aquí, les cuesta creer que lleve meses ahorrando, que lleve meses convenciendo a mi familia de que es en serio, que vaya a ser capaz de tragarme diez o más horas de viaje para ir a la otra punta de España.
Y es por eso, porque en este punto de mi vida odio y adoro la distancia.
Y mi objetivo es conseguir que ese odio se convierta en cariño, pudiendo estar unos días con alguien importante para mí y además alejarme de aquí. Y de paso, conseguir que esa adoración que siento por ella vuelva a convertirse en odio cuando tenga que volverme a Cádiz.

Esa es la Distancia. Ésa es mi interpretación, mi forma de ver las cosas.