Siempre he pensado que una de las mejores sensaciones del mundo es el primer contacto con las sábanas suaves, acogedoras y fresquitas de una cama, especialmente después de un día duro o de una noche de juerga a las cinco de la madrugada. Y si además las sábanas están recién limpias, mucho mejor.
Yo lo siento así. Todo el día de pie, de allá para acá, haciendo de todo, pendiente de las obligaciones del día... pero siempre está ahí, la cama, para el final del día.
Y el tumbarme y saber que me quedan horas por delante para dormir y olvidarme del mundo, como transportarme a un mundo paralelo donde mi imaginación trota libre por el mar de los sueños, donde incoscientemente dejo de tener conciencia plena de mi propia existencia y los avatares que la misma acarrea, me encanta.
Los momentos más íntimos de mi vida los he pasado en una cama.
24 mayo 2007
Entre sábanas de algodón
Confesado por Eámanë a las 10:37 p. m.
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2 acusaciones:
Estoy de acuerdo. Bendita sensación...
sisi desde luego... es lo mejor >< tan fresquitas... y con ese olor a suavizante...
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