Hoy ha sido una de esas mañanas especiales, que quizá se den tan sólo unas pocas veces en la vida, y es que ayer, durante la clase de literatura (que nos da Rafa Vélez) empezamos con la broma de que, siendo hoy el último día de clase, deberíamos hacer algo especial. Y lo hemos hecho. Al final la broma fue a más, hasta el punto de Rafa ofrecerse a hacernos un bizcocho y nosotros a organizarnos para llevar vasos, platos, patatas, bebidas, galletas... y celebrar, con un poquito de antelación, el fin de curso en general y de esa asignatura en particular. Y de paso animarnos para lo que se nos viene encima, en mi caso 5 exámenes como 5 soles.
Esta mañana ha sido también un tanto caótica porque nos habían puesto hora y media más de otra asignatura, de la que teníamos que recuperar horas, así que al principio se hizo especialmente larga. Tras dos horas y media de 'Análisis del discurso' y media de Literatura (un último detallito que a Rafa no le había dado tiempo de explicar el martes), empezamos la minifiesta. Pusimos toda la comida sobre la mesa del profesor y nos pusimos a comer y a hablar y a reír como hacía mucho que no reíamos.
Obviamente éramos pocos, unos 15, porque el resto se fue. Siempre he pensado que los que nos quedamos somos, por así decirlo, los más abiertos de la clase. Y como Rafa se apunta a un bombardeo ha sido divertido. Dejo unas fotitos por si las queréis ver. Haciendo click se agrandan ^^.
23 mayo 2007
Una mañana reconfortante
Confesado por Eámanë a las 6:14 p. m.
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